Cómo permutar de la noche habanera
Con mi núcleo familiar he cometido el saludable desatino de permutar más de diez veces por toda la ciudad de La Habana. Sé de memoria cada una de las fechas de embarco y desembarco en nuevo puerto hogareño, en nueva barriada. He habitado (y deshabitado al mismo tiempo), zonas periféricas, así como varias localidades más o menos céntricas. Otros poemas que he escrito lo explican mejor que yo, como este, escrito a fines de noviembre de 2014, en un barrio lleno de baches y grises llamado Cerro. Hace 8 días, como era de esperar, vivo en otra parte. Pero la noche finge iluminarse a través de múltiples ventanas diminutas:
![]() |
Paisaje de la noche alamareña. |
Los
andamios de la noche
Declaro
que salir a la calle
resultará
anacrónico esta noche,
descender
las escaleras
dejarse
lamer los ojos los oídos
por
las aguas albañales de tu nombre
es anacrónico
mudarse
a una nube y no saludar a los vecinos
cumplir
años rodeado de incienso y de violines
masturbarse
con rabia o por rutina
también es anacrónico
sobre
todo cuando llueve por cansancio
y
la lascivia del invierno trepa
la
desnudez erizada
de
unos muslos adolescentes
hasta
torcer su risa multicelular.
Lo
siento por los muros
por
la eternidad penitente de sus grafitis.
Lo
siento por las celosías de mi espalda.
Declaro
que salir a la calle esta noche
resulta
por lo menos anacrónico.
También
serán evanescentes
las
sucias escaleras de tu nombre
tus
dientes de morder el hambre
la
sangre que le suda a tu memoria.
Poema finalista en el I Certamen Mundial Excelencia Literaria, convocado por M. P. Literary Edition y disponible acá: http://www.amazon.com/Certamen-Mundial-Excelencia-Literaria-Literary/dp/151436705X.
Comentarios
Publicar un comentario